Vivir el seguro desde pequeña me ha dado un enfoque que, si no lo has mamado, es difícil de entender

Carmela Sineiro, socia de JAEMA

La correduría de seguros Jaema, ubicada en Vilagarcía de Arousa, provincia de Pontevedra, se fundó en el año 1990 con una clara vocación de servicio y atención al cliente. Carmela Sineiro forma parte de la segunda generación. Ella decidió seguir los pasos de su padre, Manuel Sineiro, fundador de Jaema, hace ya 16 años. Su incorporación a la correduría fue muy meditada y después de formarse y conocer otros sectores.

 

¿Cuál es tu formación qué estudiaste?, ¿tuviste alguna experiencia profesional antes de incorporarte a Jaema?

Soy diplomada en Educación Social y Licenciada en Pedagogía por la Universidad Pontificia de Salamanca. Antes de incorporarme a JAEMA , he trabajado en un Centro de Menores y como Pedagoga en un Colegio de Educación Primaria. Si es verdad que mientras trabajaba como Pedagoga (horario de mañana), aproveche ese año para sacarme el título de Corredor de Seguros en el Colegio de Mediadores de Pontevedra, quizás inconscientemente o conscientemente, en ese momento no lo sabía, pero ya estaba preparando el camino de lo que sería mi futuro.

 

 ¿Cómo y cuándo decides incorporarte a la correduría?

La incorporación a la correduría fue algo accidental, en un momento que me había quedado sin trabajo iba a la oficina para echar una mano, archivo, correos… poco a poco iba adquiriendo más responsabilidad y aquí me quedé. En ese momento la correduría era de mis padres y otro socio, y al ver que yo estaba interesada en seguir con la empresa, mis padres decidieron compra la parte al otro socio.  Ha sido una decisión bastante importante, por ello aún me siento con más responsabilidad de continuar con la Correduría y poder aportar lo máximo para que el negocio siga evolucionando positivamente.

 

¿Qué fue lo que te dio el último impulso para dedicarte al sector asegurador?

Las ganas de trabajar, el sector que engancha y sobre todo que era una empresa familiar de la que mis padres estaban orgullosos y pensé que valdría la pena luchar por ella.

 

¿Qué te ha aportado esta profesión?

Esta profesión me ha aportado muchas cosas positivas como conocer a gente diversa, me ha aportado muchos conocimientos y sobre todo el trato humano con clientes, colegas de profesión… He aprendido a tratar con personas, a saber, escuchar y a ser escuchado. He tenido aciertos, pero también he tropezado, de esos tropiezos tengo que decir que me sirvieron para levantarme y seguir más fuerte. Es una profesión que engancha y de la cual aprendemos cada día.

 

¿Qué crees que has aportado tu al negocio familiar? 

Creo que al negocio familiar he aportado un poco de frescura y dinamismo. Desde mi incorporación hemos digitalizado la oficina e incorporado el mundo de las redes sociales (Instagram,Facebook, linkeding, Twiter……) creación de un página web  e incorporación de productos dirigidos a la gente joven. Creo que he dado un enfoque más actual y acercándonos a todos los públicos. Tengo mucho por aportar y a veces, no todo lo que me gustaría hacer puede llevarse a cabo, ya sea por la situación, el ámbito o hacia donde lo quiero dirigir, pero cada día le doy vueltas a mi cabeza intentando hacer algo nuevo.

 

¿De qué te sientes realmente orgullosa de Jaema? 

Me siento orgullosa de poder continuar con una empresa que han creado mis padres, compuesta por un gran equipo con una gran experiencia y buen hacer, que nos hace ser una Correduría de seguros respetada y reconocida en la zona. Tenemos el privilegio de contar con clientes fieles que llevan con nosotros desde que se fundó la empresa en 1990 y que encima nos recomiendan. Somos una correduría formada por un equipo humano donde la prioridad es el trato personal con nuestros clientes, acompañándolos en todos los procesos que conlleva la contratación de la póliza y su postventa. Hablamos mucho con los clientes y eso nos hace conocer más sus necesidades y sus preocupaciones, nos gusta conocerlos que nos cuente y hacerlos sentir cómodos con nosotros.    

 

¿Cómo ves el futuro? 

El futuro lo veo inquietante, quizás por la situación en la que estamos viviendo y por los obstáculos que nos vamos encontrando. Pero, por otro lado, lo veo como un camino que hay que andar con grandes retos que cumplir y mucho por exprimir. Tenemos ilusión por avanzar y mejorar cada día. 

 

¿Qué te gustaría cambiar o aportar a Jaema?

Siempre hay algo que cambiar y mejorar, en este momento el día a día y las circunstancia de cada momento, ya nos van exigiendo cambios y avances. Cada día es un aprendizaje en nuestro sector, nuevos productos, nuevas casuísticas……que nos hacen tener que estar en todo momento formándonos y aprendiendo para poder aportar a nuestro cliente el mejor asesoramiento. El cliente es cada vez más exigente y nosotros tenemos que estar a la altura en cada una de las circunstancias.

 

¿Ves a una tercera generación en Jaema?

Una tercera generación en Jaema, a corto plazo no la veo, puesto que mis hijos todavía son muy pequeños para saber lo que les deparará el futuro. Si me gustaría que Jaema tuviera su continuidad y si en su momento mis hijos deciden seguir con la Correduría será un orgullo. 

 

¿Por qué crees que ésta, en muchas ocasiones, es una profesión que se hereda de padres a hijos?, ¿Quizá por el entusiasmo que transmiten las generaciones más mayores? 

Ésta es una profesión que quién la ejerce la vive con mucha pasión y la trasmite en cada momento. Es una profesión que no tiene descanso, cualquier momento o situación, es bueno para ofrecer un seguro. En mi casa así lo hemos vivido desde pequeñas: en casa se hablaba de seguros, con los amigos se hablaba de seguros y cualquier conversación terminaba con seguros……. En mi caso lo he vivido desde pequeña y creo que eso me ha dado un enfoque sobre el seguro, que si no lo has mamado muchas veces es difícil de entender. Mis hijos, con 10 y 12 años hablan de seguros como si entendieran y continuamente me preguntan: ¿si se rompe algo lo cubre el seguro?, si tienes un accidente que paga el seguro?… e incluso se atreven a decir a sus compañeros de cole que si se le rompe algo lo puede reclamar al seguo jejej Claramente los niños de su edad no tienen ni idea de lo que mis hijos les dicen en el patio del colegio, pero es un ejemplo más que claro que está profesión la tienes que vivir para poder entenderla.

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